En los últimos años han aparecido muchos ejemplos de empresas que ofrecen productos y soluciones para múltiples demandas minoritarias que hasta entonces no tenían respuestas adecuadas a sus necesidades e inquietudes. Poder cubrir estas necesidades múltiples y minoritarias es justamente el modelo de Long Tail o larga cola.
El modelo tradicional de empresa eficiente se basa en vender pocos productos o servicios a muchos clientes.
Por ejemplo en el caso de una editorial está claro que debido a su estructura debe apostar por autores con gran capacidad de venta para editar pocos títulos pero vender muchas ediciones, es decir, muchos ejemplares.
Este hecho se basa en la necesidad de amortizar los gastos fijos, las inversiones necesarias a realizar en cada título y la necesidad de recuperarla con cuántos más ejemplares vendidos mejor. A veces también se basa en la oportunidad de aprovechar las economías de escala, es decir, la repercusión de las inversiones necesarias en cuantos más productos desarrollados y también para obtener una reducción de los costes de producción debido al aprendizaje.
En comparación ese modelo, aparece el modelo Long Tail o de larga cola que significa apostar por la elaboración de productos y servicios diferentes, muchos, para muchos clientes diferentes. Es decir, vender menos productos de cada uno de los que dispone en el catálogo para satisfacer las necesidades de pocos clientes.