La tendencia del mercado laboral es que en un futuro muy próximo el 50% de los puestos de trabajo será por proyectos; la mayoría como freelance. Las empresas ya no se configuran con puestos estáticos indefinidos ya que estamos en constante transformación.
Hay una serie de cuestiones que debemos tener en cuenta antes de lanzarnos a la aventura de emprender.
No todo el mundo tiene la capacidad de ni la confianza en sí mismo como para poder vender los beneficios de su servicio con respecto a la competencia, y sin embargo debemos adaptarnos y ser empleables siempre.
Para empezar un negocio lo primero que debo tener claro es qué puedo ofrecer al mercado y a qué segmentos de mercado para definir un Business Plan. Debes encontrar aquello que te pueda motivar lo suficiente como para invertir todo tu tiempo y tu ser en conseguirlo.
Una vez estés 100% seguro de lo que puedes aportar en el mercado, es cuando debes pensar en los pros y contras de ponerte por tu cuenta. Vamos a analizar algunos de ellos:
1. Estabilidad profesional y emocional.
Es uno de los puntos vitales a la hora de decidirse. El trabajo laboral en una empresa para toda la vida ha desaparecido. Es por ello que, hoy en día, trabajar en una empresa en la que la mayoría de las veces las decisiones sobre tu futuro profesional dependen más de otros que de cómo realizas tu trabajo, no te ofrece estabilidad; más bien inseguridad sobre el futuro.
Respecto a la estabilidad emocional, cuando tu futuro depende de tu esfuerzo y de tus resultados y no de otros factores que ni conoces, el trabajar para ti mismo te da una mayor seguridad emocional; tú eres el responsable de tu futuro profesional. Como depende de ti, es por ello que los resultados y tu capacidad de creatividad se maximiza de una manera casi increíble para ti. Y más si lo comparas con trabajar por cuenta ajena con horario fijo y tarea mono tema. Muchas veces, acabas mermando tu creatividad porque no te escuchan o no se pueden llevar a cabo tus ideas en una empresa marco.
2. Riesgo
De ti depende tener clara la facturación anual, mensual y semanal que necesitas. De ti depende conocer la inversión inicial que necesitarás hasta que obtengas beneficios reales de tu facturación, así como saber si debes dejarlo o no. Pero de la misma manera, como autónomo, cuando empiezas a recoger los resultados del trabajo que has ido sembrando, tu facturación puede ser mucho mayor que los salarios que hoy en día se están ofreciendo en el mercado laboral.
3. Autonomía
La autonomía es otro de los puntos clave de trabajar para ti. No tienes que someterte a una dirección de terceros ni a horarios fijos, ni hacer tareas repetitivas sin sentido. Pero, cierto es que los autónomos trabajan más horas que los asalariados y no acabas de desconectar nunca.
4. Flexibilidad
Trabajar por tu cuenta te permite tener flexibilidad a la hora de organizar tu tiempo y tu trabajo; de ti depende el horario, las horas, dónde trabajas, cómo y con quién. Puedes trabajar desde casa, en un coworking, en la playa tomando algo en un chiringuito, cogerte un día de fiesta entre semana o decidir que el viernes no trabajas… Siempre y cuando hayas facturado lo suficiente para permitírtelo.
5. Creatividad
Eres creativo e innovador puesto que tú eres todos los departamentos de una empresa; debes diseñar tu producto o servicio, tu web, buscar los clientes, facturar y llevar la gestión financiera. Además, necesitas estar al día a nivel de tecnología y de tendencias en tu sector para que la competencia no se te coma. Cuando estás en una empresa, eres un profesional focalizado en un ámbito y tienes el apoyo del resto de departamentos para desarrollar aquello que necesites. Como emprendedor, tú eres toda tu empresa. Necesitas externalizar algunos servicios, ya que no puedes ser un experto de todo, pero de ti dependen todos los proyectos.