Hasta no hace muchos años, la mayoría de negocios solían desempeñar todas las funciones posibles, es decir, cualquier tarea que tuviera que ver con el negocio, la realizaban miembros de la propia compañía. Sin embargo, las cosas han cambiado mucho en este sentido, y ahora son muchas los negocios que deciden externalizar algunas tareas.
Antes de tomar la decisión sobre si externalizar algunas tareas y cuáles pueden ser susceptibles a ello, debes analizar la situación teniendo en cuenta algunos aspectos:
- El tipo de tarea: ¿Qué crees que debes externalizar? ¿La gestión de almacén, el servicio de mantenimiento, el departamento de ventas? Debes plantearte si el proceso es interno o externo; si forma parte de la producción, la comercialización o la administración; si se va a llevar a cabo dentro o fuera de las instalaciones de tu empresa.
- La frecuencia de la tarea: Cuando se trata de una tarea ocasional las posibilidades de que contrates personal interno son muy limitadas y no compensan.
- El tamaño de la plantilla: En ocasiones, el número de trabajadores es tan reducido que falta cualificación para aquellas tareas que no tienen que ver directamente con la actividad económica que se desarrolla.
- Los recursos económicos y costes asociados: Cuestiónate qué conlleva menor coste para tu empresa: si la contratación de personal para tareas complementarias o la contratación de terceros para su realización.
¿Qué tareas empresariales son susceptibles de externalización?
Estas son las tareas más comunes para externalizar:
Fiscalidad: Según el primer Estudio Nacional del Autónomo (ENA), más de el 50% de autónomos y pymes confían en los servicios de una asesoría fiscal para la gestión de sus asuntos con Hacienda.
Contabilidad: La gestión contable de la actividad económica quita tiempo a autónomos y pymes, además que en muchos casos no cuentan con el conocimiento suficiente para llevarla a cabo. Por lo tanto, puedes contratar una empresa externa que gestione tu contabilidad o decantarte por un programa de facturación y contabilidad.
Recursos Humanos: La formación de tus empleados, contratación de personal, reclutamiento, etc., son funciones que, generalmente, las empresas prefieren externalizarlas.
Diseño gráfico, web y corporativo: Es fundamental asegurarte una buena imagen en todo los que tenga que ver con este campo pero hacerlo internamente es complicado, más que nada por desconocimiento, si tu actividad no es propiamente el diseño.
Atención al cliente: Contar con un servicio de call center controla la efectividad de las ventas, las encuestas u otras acciones comerciales, redundando en su productividad y rentabilidad. Además, los call center ofrecen especialización y planes personalizados en función de las necesidades de tu empresa.
Mantenimiento técnico: Contar con equipos informáticos requiere atención, cuidado y conocimiento. La externalización del mantenimiento técnico es una estupenda opción para la resolución de todos los problemas técnicos que puedan surgir.
Protección de datos: Son numerosas las novedades legales sobre la protección de datos. Tanto el Reglamento Europeo como la Ley Orgánica de Protección de Datos han endurecido esta tarea que debe contar con la figura del delegado de protección de datos. También puedes optar por su externalización.
¿Qué tareas empresariales no se pueden subcontratar?
Nunca externalices las tareas que forman parte del negocio principal y tienen un efecto directo sobre la empresa. Ten en cuenta que estas tareas son la esencia de tu empresa, las que te diferencian de la competencia, y contratar a un tercero para que las desempeñe te haría perder el control sobre tu empresa.
Fuente: Mas Autónomo