En el año 2000 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomendó a los países miembros efectuar acciones para la incorporación de temas de emprendimiento en todos los niveles educativos. La necesidad de fomentar el espíritu emprendedor desde la educación es una respuesta unánime que aparece en todas las directivas educativas con perspectiva de futuro. Se busca preparar a personas para que en su madurez dispongan de las capacidades y habilidades que faciliten su integración fácilmente en la sociedad como ciudadanos responsables y libres, capaces de entender un mundo en constante cambio. El espíritu emprendedor no tiene porque ir dirigido a crear una sociedad de empresarias/os sino de que sus individuos tengan las habilidades oportunas para desenvolverse en un mundo que esta en continua transformación. Una vía con mejor acogida para este fin son los rolplay; jugando a emprender.
Con este convencimiento generalizado sobre la importancia de inculcar tendencias y actitudes hacia el espíritu emprendedor desde la educación básica, existe la tendencia de inculcar en los alumnos hábitos de comportamiento con conocimientos teóricos y prácticos para desarrollar un plan de negocios, formar y poner en marcha una mini empresa sobre algún tema que les resulte familiar o próximo, como por ejemplo, una tienda de chuches, un kiosko, una panadería. finalmente, evaluar la estructura de los planes de negocios elaborados por los niños y determinar si cumplieron con los elementos básicos.
Es deseable que mas pronto que tarde esta cuestión deje de ser una anécdota, para ser considerado como normal sea complementario a otras disciplinas para formar ciudadanos.